Enrique II (1369-1379) había recibido la ayuda de caballeros franceses dirigidos por el propio Bertrand Du Guesclin durante su enfrentamiento con Pedro I el Cruel o el Justiciero. La victoria final de Enrique en la Guerra Civil Castellana brindará a Francia un poderoso aliado en el plano naval.
Tras la muerte de Leonor de Aragón, Juan I se desposa con Beatriz, hija de Fernando I de Portugal. En Cortes de Pinto de 1382 se decide la no unión de Portugal con Castilla, acordándose que Enrique, primogénito del matrimonio con Leonor, herede Castilla mientras que los hijos que tuviera con Beatriz serían reyes de Portugal. En 1383 muere el rey de Portugal, Fernando I,
y Beatriz se convierte en heredera al trono. Juan I de Castilla, su
esposo, se plantea tomar el trono en su nombre y parte hacia el país vecino concentrando sus tropas en Puebla de
Montalbán para luego dirigirse a Guarda, plaza que se le entrega sin
resistencia. Esta acción quiebra todo lo acordado poco antes de su
matrimonio con Beatriz de Portugal, pero desde este momento adopta el
título de rey de Portugal.
Decidido a conquistar Portugal, Juan I apresa a Leonor, reina viuda de Fernando I de Portugal y hasta ese momento regente. Sin embargo sus planes se tuercen al fracasar el sitio de Coimbra y prolongarse el cerco de Lisboa, al producirse numerosas bajas castellanas por la peste. Mientras tanto, el 6 de abril de 1385, las Cortes de Coimbra reconocen como rey de
Portugal a Juan I, bastardo de Pedro I de Portugal y maestre de la orden
de Avís. Juan I, rey de Castilla, tras el reconocimiento por las Cortes
portuguesas del bastardo Juan de Avís, vuelve a sus intentos militares
para hacerse con este trono en 1385, contando con la ayuda de Francia y
Aragón. El 14 de Agosto de 1385 se enfrenta en Aljubarrota a los portugueses, apoyados por arqueros ingleses, batalla que se salda con la estrepitosa derrota de Juan I de Castilla.
El duque de Lancaster embarcó para Castilla arribando a La Coruña en 1386. Por el tratado de Troncoso se estipulaba la paz, con la condición de que el primogénito de Castilla, Enrique había de casar con Catalina, hija del de Lancaster y que el rey de Castilla pagaría una ingente cantidad de dinero. A cambio el inglés renunciaba en su pretensión al trono de Castilla.
Para satisfacer la deuda contraída con el duque de Lancaster (465.000 doblas) se retiró buena parte del oro circulante y se mandó acuñar para pagos interiores la moneda de "blanco" que tenía el valor de un maravedí y que posteriormente se reduciría a 0,60 maravedis. En Cortes en Briviesca de 2 de diciembre de 1387, el rey tuvo que aceptar rebajar su valor nominal en un 40%, pasando a valer desde entonces 6 dineros novenes.
Según el documento de Briviesca "Por los grandes menesteres e guerras que oviemos en estos dos annos pasados e sennaladamente guando el Duque de Alencastre e los ingleses nuestros enemigos entraron en los nuestros reynos, nos ovimos de mandar labrar moneda que non era de tan grant ley como la otra moneda vieja que fué mandada labrar por los reyes nuestros antecesores ... cada un blanco que antes solía valer un maravedí valiese seis dineros".
El blanco del Agnus Dei era la moneda de vellón inspirada en el agnels, de Luis X Hutin (1314-1316) y después en el moutons, y Carlos VI (1380-1422), ambos de Francia. Quizás la explicación en la introducción de este tipo estrictamente religioso radique en la necesidad del monarca de desmostrar su legitimidad frente a os que la cuestionaban, mostrando el respaldo de la divinidad a su dinastia.

En el anverso figura el Cordero místico y la inscripción AGNUS DEI QUI TOLIS y en el reverso una Y inicial del rey, coronada y la inscripción PECCATA MUNDI MISERERE que completa la anterior. En el reverso, y a los lados de la Y las letras que indicaban las cecas.
La moneda no tuvo gran éxito durante el reinado de Enrique III, al comenzar con una minoría de edad, se originaron grandes incertidumbres que influyeron en la calidad de la moneda. Los blancos no habían creado más que problemas y en el momento del cambio de reinado ya circulaban a la mitad de su valor legal a la hora de comprar con ellos (3 dineros e incluso a 2,5) mientras que para pagar a la Hacienda real se mantenía el tipo oficial (6 dineros), con lo cual las quejas eran continuas, en la Crónica de Enrique III (capítulo 2 del año 1391) se dice: "todas las gentes del regno se quexaban con aquella moneda, ca las cosas valían grandes sumas, e las tierras e mercedes que los señores e caballeros e otros omes avían de los reyes non les aprovechaban por quanto gelo daban segund la cuenta de la dicha moneda e les daban en pago aquellos blancos".
Esta situación llevó a que una de las primeras medidas de los regentes fuera reducir otra vez el valor del blanco del Agnus Dei, el 22 de enero de 1391 se dispuso que su valor fuera únicamente un cornado de "moneda vieja", además las Cortes de 1391 aprobaron que se labrara moneda menuda y reales según la ley y la talla de la moneda vieja, era el final del intento de que la moneda de vellón corriera con un alto valor legal, solo su depreciación aseguraba que se aceptase el incremento de la masa monetaria, lo que conllevaba inevitablemente la apreciación del oro y la plata.
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http://es.wikipedia.org
Imagenes tomadas de www.maravedis.net
Acerca de la política monetaria de Juan I de Castilla, de Felipe Mateu y Llopis
La moneda y el sistema monetario en la Castilla medieval, de Fernando Rodamilans Ramos
La moneda en la Castilla bajo medieval. Medio de propaganda e instrumento económico, de José María de Francisco Olmos
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